La estimación de parejas reproductoras de algunas de las aves esteparias, por sus hábitos de nidificar en suelo, se hace compleja. El cultivo se encuentra crecido y oculta a los adultos y sus puestas, los que evitan al máximo sus movimientos en estas fechas, adquiriendo una actitud muy esquiva.
La detección de parejas ante estas circunstancias se hace dificultosa, requiriendo de un esfuerzo importante por parte de los técnicos de campo, quienes han de prospectar el territorio de forma intensa, para localizar las zonas de reproducción y salvaguardar las puestas.
La pronta cosecha del trigo, que coincide con el final del periodo de incubación y el inicio de la eclosión de los huevos, hace que la búsqueda de parejas sea importante, ante el riesgo de atropello y abandono de los nidos.